miércoles, 28 de abril de 2010

El adios a los amigos


 

Ayer perdí a un amigo, a un compañero y buen amigo, cierto es que llevaba ya algún tiempo delicado de salud, pero nunca esperas que pueda llegar tan así, tan de sopetón. Es la puta enfermedad renal, la maldita dialisis, la que ha hecho que poco a poco haya ido perdiendo amigos, gente buena, gente joven que tuvieron que sortear muchos años de su vida entre médicos, dias y años de pesada diálisis, sintiendo como, ironicamente, lo que les da la vida, poco a poco se la va desgastando, y siempre a la espera del tan ansiado transplante, que desgraciadamente, no siempre es el final de la pesadilla y del dolor...

Hace ya muchos años, conocí, gracias a mi trabajo, a dos muchachitas, eran como cualquier joven de su edad, alegres, joviales, les gustaba la musica romántica, y hablaban de chicos como solo las adolescentes saben hacer, con esa mezcla de picardia e ingenuidad, ambas tenían que ir tres dias a la semana, durante cuatro horas a realizar su sesión de dáialisis, ambas llevaban ya muchos años, desde la niñez con esa enfermedad.
Se llamaban Mª Luisa y Elisa.
Mª Luisa, además de la enfermedad renal, tenía una pequeña cojera, producto de una poliomielitis, murio una mañana a consecuencia de complicaciones de su enfermedad, nunca pudo conseguir un transplante, apenas tenía 17 años.
Elisa siempre fue una muchacha algo mas melancólica, pudo conseguir un transplante que rechazó al cabo de poco tiempo, y pudo conseguir otro donado por su propia madre, en vida, lo que le permitió disfrutar durante varios años de una vida plena, se casó, y durante unos años le perdí la pista, a su madre si que la veía de vez en cuando y le preguntaba por ella. Hace algún tiempo supe que había fallecido.
El otro dia me encontré a su marido y lo saludé, estaba recogiendo una silla de ruedas especial para competicion.

Antes de dedicarme al mantenimiento de los monitores de Hemodiálisis, labor que ya no ejerzo por problemas físicos, estuve durante unos años como monitor de un Centro Ocupacional para descapacitados físicos e intelectuales, allí tuve la fortuna de tener como compañero a Juan Manuel, era de Vinalesa, pequeño y precioso pueblo de la parte oeste de Valencia.
Pocos he conocido con un caracter mas socarrón, bromista y de buena gente que "Juanma", cuando nos dejó, él ya estaba en otro de los centros de la empresa, aunque aun nos veíamos con cierta asiduidad, también era enfermo renal, estaba trasplantado y por aquel entonces se encontraba bastante bien, por eso al ser tan repentina su muerte, fue especialmente dolorosa. Creo que no hay semana que de una forma u otra no me venga a la memoria.

Carlos Beneyto fue casi como un padre para mi, era de Onteniente, aunque ni loco se hubiera puesto el traje de fiesta, ya fuera moro o cristiano. Era mayor que yo, y casi siempre ejercía como tal. Tenía un aspecto de señor burgues, algo bajito, gran mostacho y poco pelo, con algo de genio y directo como pocos, con unas sentencias y una forma de hablar clara y directa, y un sentido del humor, típico valenciano, muy a su manera, pero gracioso como pocos.
También era sabio como pocos, gran parte de lo que yo he aprendido se lo debo a él, ironicamente yo era el monitor en el Centro Ocupacional donde estábamos, y él era uno de los discapacitados que allí ejercían, pero en realidad era él quién llevaba el peso de todo, aunque siempre se las apañaba para hacer que yo me llevase los méritos, cuando los había.
En aquel sitio donde estábamos, hacíamos guitarras españolas, mejor dicho las terminábamos, de la carcel modelo de Valencia, nos llegaban las partes de las guitarras cortadas y lijadas, listas para montar, colocar trastes, cuerdas y probar, pues bién, había ocasiones, mas de las que podíamos permitirnos, que en la citada carcel, habían motines, huelgas, o lo que fuera, pero el caso es que había temporadas en que no llegaban guitarras durante dias o incluso a veces semanas, eso hacía que los chicos que trabajaban allí, todos discapacitados que cobraban por la faena terminada, por ser un centro ocupacional, se alteraran mucho. Cuando yo era incapaz de calmarlos, entonces era bastante jovencito e inexperto, siempre estaba Carlos para, con sabiduría y buen hacer, calmar la situación. Siempre tenía la palabra y el gesto adecuado.
Desgraciadamente, cuando murió, yo ya estaba en los centros de dialisis y no veíamos poco, por lo que me enteré de su fallecimiento ya tarde, y no pude asistir a su entierro, es una de las grandes espinas que tengo clavadas en el corazón, y de alguna manera siempre me he sentido un poco mal por no haberlo podido hacer.
Pero a Carlos siempre lo tengo y lo tendré presente como a una de las grandes personas que ha pasado por mi vida, y a quien jamás podré olvidar.


Esta mañana mientras abrazaba a Carmina, su mujer, le recordaba como conocí a José Manuel, él ya era enfermo renal, y yo estaba como un trabajador en el centro ocupacional de Alcer Turia, ( Asociación para la lucha Contra las Enfermedades del Riñón) antes de ser monitor. Esta entidad convocó una prueba para cubrir el puesto de administrativo, y nos presentamos él y yo. La ganó él, y es la labor que ha ejercido durante estos 25 años, siendo siempre la presencia indispensable y amiga, dispuesto a ayudar, desde su rincón desde su despacho en las oficinas.
Cuando allí acudíamos, por el asunto que fuera, siempre, para saludarlo, había que desplazarse hasta su despacho, imposible cruzártelo por el pasillo, si querías verlo tenías que ir a la derecha al fondo.
Entre risas y lágrimas hemos recordado cuando se casaron y todos los que no éramos de Gátova, su pueblo, nos quedamos sorprendidos cuando a la salida de la iglesia, y desde el balcón de su casa, empezaron a tirar juguetes y caramelos como si de un bautizo se tratara.
También el tiempo que, junto a otros dos compañeros y amigos, Luís y Fali, íbamos a jugar al frontón en Alboraya, tanto él como yo, a pesar de algún impedimento físico, nos esforzábamos por llegar a algunas pelotas, con mas afán que certeza, por lo menos en mi caso. luego, después de jugar, disfrutábamos de una sauna y a veces del jacuzzi, aunque éste no entraba en nuestro bono, en alguna ocasión nos llamaron la atención, pero lo disfrutábamos.
También quiero recordar tantas veces que, los viernes por la noche, nos reuníamos en el local que, entonces, hacía de centro ocupacional y oficinas, comprabamos cena y allí nos juntábamos, todos los trabajadores de la entonces incipiente Alcer. Entonces éramos todos una familia, Juan Manuel, José Manuel, y el resto de trabajadores, los poquitos que éramos entonces, a veces, incluso con nuestras novias. En total no éramos mas de 7 u 8. Pero eran momentos únicos e irrepetibles. 
Carmina me decía que estaba sorprendida de la cantidad de compañeros de trabajo de todos los centros que habían acudido a despedirse, le hemos recordado que Jose Manuel era de esas pesonas fieles, discretas, eficientes y amigables, que sabías que siempre la tenias cuando lo necesitabas. Era una persona imprescindible, y a esas personas todo el mundo las quiere.

Se que todos, en el devenir de nuestras vidas, hemos dejado atras a amigos y familiares, algunos nos dejan una huella mayor y mas profunda que otros, pero estas vidas que yo he tratado de reflejar aquí a modo de pequeña pincelada, son vidas a las cuales la vida ha tratado de una manera injusta, buena gente, que se merecía no haber sufrido tanto, por culpa del infierno de la diálisis, que te da la vida a base de sufrimiento y dolor. Tambien sirve para aportar mi granito de arena en divulgar un mal como es la enfermedad renal, y su consecuencia la diálisis, y concienciar a las personas de la necesidad de hacerse donante. Es la mejor y mas grande donación que como seres humanos podemos hacer, la posibilidad de salvar a otro ser humano.

Afortunadamente tengo otros buenos, muy buenos amigos y compañeros, con la misma enfermedad, a los cuales puedo saludar siempre que quiera, y eso... eso es lo mejor de todo.   

Descansad en paz, amigos
Wish You Were Here ( Ojala estuvieras aquí )
Pink Floyd

             

6 comentarios:

  1. Jose Vte...
    entrañable y triste entrada..
    La muerte...ay¡¡ la muerte...
    cuanto nos separa de amigos,de compañeros, de seres queridos...
    A muchas personas les toca vivir siempre al lado de la enfermedad, en una "butaca muy incomoda", como diria Amado Nervo.

    He trabajado muchos años en Pediatria, en el Hospital Valle de Hebron de Barcelona,y en servicios como Oncologia,no sabes cuantos niños, si cierro los ojos y pienso, me vienen a la memoria... niñitos de poca edad y con un final tan triste, tan descorazonador, sobre todo para sus padres.

    Siempre en mi profesión ha estado en contacto directo con "la señora de la guadaña"... y llevo 38 años trabajando.

    La he sufrido muy de cerca en amigas, en familiares y de forma inesperada y tragica...

    y lo que hay que hacer es seguir viviendo, con los recuerdos, tirar "palante"...cada vez con más ausencias...pero no nos toca otra...

    uff¡¡ que tema...
    solo puedo decirte que gracias por compartir esta vivencia, que siento las perdidas y que mires a ese cielo tan azul,y cuando veas que se iluminan las estrellas, envia un recuerdo que ellos lo reciben.

    Mientras sigamos acordandonos de los ausentes, seguirán reviviendo.

    Un abrazo, amigo.

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  2. Gracias Anna, ya me imagino que tú, por tu profesión habras visto muchos casos, probablemente tan dolorosos e injustos como los que yo puedo contar aquí, la vida muchas veces es injusta.
    He visto faltar a mucha gente, no a muchos personalmente, pero si que al dia siguiente no volvían, y en todos los casos lo lamentabas.

    Estos casos que relato aquí, es que además eran amigos, y he querido aprovechar este sitio para rendirles un pequeño y humilde homenaje, que de alguna manera sepan, en el lugar donde estén, que no me olvido de ellos. También de otros muchos que aunque no los he narrado aquí los llevo en el corazón.

    Muchas gracias, Anna

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  3. Siempre está ahí esperando pacientemente, no tiene prisa, sabe que tarde o temprano va a poner a trabajar su trágico acero, ya seas de la condición social que seas, lo que mas duele es cuando se va gente que conoces, gente que no se merecía acabar así pero amigos, tenerlo en cuenta, nos nos vamos a escapar nadie, tarde o temprano, nos iremos, y solo seremos un recuerdo, con el paso del tiempo, seremos eso un vano testimonio del cual solo quedaran nuestras pequeñas obras, (si acaso las hicimos).

    Por cierto amigos hoy hace 30 años que murió el gran Alfred Hictchock ¿como pasa el tiempo verdad?

    ánimo Jose siento mucho todo lo de tus amigos de toda la vida,,,

    JULIAN

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  4. Gracias Julian, es ley de vida, todos tenemos que terminar así, de una forma o de otra, pero no por ello deja de ser menos triste.

    Efectivamente, ayer se cumplieron 30 años de uno de los mayores cineastas, si no el mas, de la historia del cine, desde luego de los mas influyentes, hubiera estado bien haberle dedicado una entrada, me la guardo para alguna ocasión.
    Hoy también ha saltado la noticia de que ha fallecido Jordi Estadella, el magnifico presentador (un,dos,tres) y doblador. Realmente una pena.
    Un abrazo

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  5. Mira que curioso, la mujer de tu amigo muerto se llama Carmina, tu amigo Jose Manuel.

    El 16 de Junio, murió un amigo mío, "Jose Miguel" y su mujer se llama carmen, "mamen". Sé lo que has sentido con esta pérdida y con la de todos los amigos que se van. También escribí algo sobre Jose. Te dejo el enlace- Un saludo desde Jaén.


    http://alaizquierdadeladerecha.blogspot.com/2010/06/hasta-despues.html

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  6. ¡Lo que duelen ciertas ausencias! Todo lo que ya no podremos hacer con esas personas. ¡Ufa! Es tan breve la vida, que debemos vivirla intensamente y dar a manos llenas, porque cuando menos pensamos, vienen por nosotros.
    Abrazo,

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